13 mar 2013

La década de los 90: La década de la muerte.

La década de los años 90 fue una época terrible para los consumidores de opiáceos. La aparición del VIH-SIDA, la reaparición de la tuberculosis, la extensión de las hepatitis y enfermedades infecciosas entre los usuarios de heroína callejera adulterada diezmó a toda una generación rebelde. Las personas que consumían “caballo” se veían abocadas a todo un círculo vicioso de robos, trapicheos y venta de todas sus pertenencias para poder comprar la droga. Si a esto le sumamos la falta de una adecuada higiene personal en la inyección de la heroína (compartir jeringuilla, uso de aguas fecales, algodones y filtros contaminados y la adulteración del “caballo” con polvo de talco, yeso, polvos de ladrillos o tejas, estricnina, azúcar, colacao, aspirinas machacadas, etc.) vemos que no es de extrañar que a finales de la década, cientos de personas comenzaran a morir en las calles de todas las grandes ciudades. La falta de techo y alimentación regular, unido al estrés de las continuas detenciones y síndromes de abstinencia también tuvo una importancia decisiva en el deterioro físico y mental de los consumidores de heroína. Los años más graves en pérdidas de vidas humanas fueron el año 89, 90, 91 y 92. Miles de personas, una parte significativa de la generación de los 60 y 70 murieron en la calle, en las cárceles y en las salas de “apestados” de los hospitales. Las crónicas de sucesos de los periódicos de esos años están llenas de noticias relativas a personas encontradas muertas por “sobredosis”. Nunca se hacían autopsias, ya que entonces se demostraría que el causante de las muertes era la “rascada de la pared” y la mezcla de somníferos y barbitúricos, en especial “Rohipnol”. La heroína era el culpable perfecto. El chivo expiatorio de tantos suicidios e incluso asesinatos. La metadona llegó demasiado tarde para miles de personas. El PNCD del año 85, ya preveía la creación de los C.A.S. (centros de atención y seguimiento de drogodependencia) donde se administraría metadona gratuita. La realidad fue que hasta el año 92 no empezó a darse metadona gratuita. El aparato médico se oponía, aunque muchos de ellos en sus consultas privadas la recetaban generosamente tras el previo pago de 5.000 ptas. En un ejercicio de cinismo social, hoy en día los médicos son furibundos partidarios de la metadona y enemigos de los programas de heroína.

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